viernes, 7 de noviembre de 2008

Aportes desde el trabajo grupal

Aportes desde el trabajo grupal

Mariano Algava

1-GRUPO

Trataremos de rescatar, la riqueza de los debates que hemos tenido con diferentes grupos a los que les propusimos pensar y construir los elementos que hacen que un grupo sea tal. Esto nos permitirá, revisar los procesos e intervenir para que la necesaria conformación sea lo más operativa posible. Creemos que para el trabajo en educación la conformación del grupo resulta un abordaje necesario. Facilita el proceso hacia la tarea que se proponen las personas y concientizar el proceso de conformación grupal, resulta esclarecedor y de gran valor educativo.

En diversos debates sobre el tema “grupo”, se empezaba a plantear la siguiente pregunta ¿Todo conjunto de personas reunidas es un grupo?, Por un lado y por otro, se opinaba que para conformar lo que por definición es un grupo, por lo menos debían tener un fin en común. En éste momento surge la pregunta “¿entonces una hilera de personas esperando el colectivo, es un grupo?” Hubo diversas respuestas, pero sin duda más diversos eran los nuevos interrogantes.

Se puede decir que las personas que esperan un colectivo, tienen un objetivo común, pero difícilmente sean un grupo. ¿Qué tienen que tener? ¿Qué tiene que pasar, para que un conjunto de personas sea un grupo?

Pasamos en limpio algunos acuerdos de los debates y vimos que teníamos claro los siguientes conceptos: Deben compartir un tiempo y un espacio, deben ser un número mas o menos reducido o restringido, pero ¿Cuántos?

En el fervor del debate, alguien dijo: “bueno, los suficientes como para que se conozcan y se reconozcan unos con otros”. La conclusión fue aceptada por el conjunto. Esto implicaría, que para que un grupo sea tal, sus integrantes debieran tener una representación interna de los demás, una idea, una imagen mental que les permita reconocerse mutuamente. Saber, por ejemplo, que alguien no vino al grupo, y que ese alguien se llama (Juan) y que (Juan) aunque no esté, pertenece al grupo.

Esto implicaría que cada uno de los integrantes del grupo tiene una representación interna de (Juan).

Pensando entonces en un conjunto de personas, que mantienen entre sí una mutua representación interna, acordamos que se darían también, fenómenos de interacción, como la comunicación y un dinamismo de roles entre los integrantes.

Limpiando los enunciados y poniendo en común palabras de diferentes lugares y debates, el resultado creativo construido fue la siguiente definición de GRUPO:

“CONJUNTO DE PERSONAS QUE SE CONOCEN, QUE SE PROPONEN UN FIN EN COMUN, QUE SE RELACIONAN ENTRE SI, EN DETERMINADO TIEMPO Y ESPACIO, FUNCIONANDO EN UN INTERJUEGO DE ROLES.”

Esta producción, puede ser confrontada con otras definiciones, con el objeto de seguir construyendo el conocimiento sobre los grupos.

Por ejemplo, Pichón Riviere define al GRUPO de la siguiente manera:

“Conjunto restringido de personas que ligadas por constante de tiempo y espacio y articuladas por su mutua representación interna, se propone en forma explícita o implícitamente una tarea que constituye una finalidad, interactuando a través de mecanismos de asunción y adjudicación de roles.”

Si observamos con atención ambas definiciones, la construida y la enunciada por Pichón Riviere, podemos confrontarlas dialécticamente y rescatar en ambas, los elementos que les son comunes, obteniendo los aspectos fundamentales que conforman a un grupo.

En la primer definición encontramos como aspecto fuerte el hecho de que “seproponen un fin en comun”.

El concepto es comparable con “se propone en forma explicita o implícita una tarea, que constituye su finalidad”, de la segunda definición.

De ambas, afirmamos entonces que el fin común, en otras palabras “LA TAREA” es uno de los elementos fundamentales para la conformación del grupo.

Otro aspecto coincidente es, en la primer definición:

“conjunto de personas que se conocen... ”

en la segunda definición:

“conjunto restringido de personas (....) articuladas por su mutua representación interna...”

Como vimos ya, en la construcción de la primer definición, se llega a decir “se conocen” partiendo de afirmar que los integrantes debían tener entre sí una representación interna, como para reconocerse mutuamente.

Esta representación interna, entonces, coincidente en ambas representaciones teóricas es otro elemento de importancia en la conformación de un grupo.

También encontramos coincidencias en el recorte de tiempo y espacio, en que se encuentran los integrantes, como también en el “interjuego” o la “asunción y adjudicación de roles”,

Retomando los dos primeros aspectos vistos, LA TAREA por un lado y la MUTUA REPRESETACION INTERNA (MRI) por otro, encontramos que el mismo autor citado, Pichón Riviere, en su libro “El Proceso Grupal”, los denomina “ORGANIZADORES DE LA ESTRUCTURA GRUPAL”.

Los organizadores de la estructura grupal, son elementos que hacen que un conjunto de personas se conforme a través de un proceso, en un grupo. Esto no es una receta, ni una fórmula para crear grupos, son elementos dinámicos que se juegan en un “proceso” que tiene que ver con las personas y sus vínculos. También existen autores que confrontan estas hipótesis y siguen trabajando la problemática de los organizadores grupales, sin embargo a los efectos del trabajo en recreación y educación ambiental, nos parece útil trabajar con esta hipótesis.

Tomemos algunos ejemplos para poder comprender estos elementos.

Volvamos a la hilera de personas esperando el colectivo, tienen un fin en común, sin embargo, éste fin es externo, no compromete a ninguno de los integrantes con los demás. Internamente, vincularmente no pasa nada. Seguramente las personas involucradas no se conozcan, no hay una mutua representación interna que los articule. El logro del objetivo se lleva a cabo en forma individual, a pesar de compartir tiempo y espacio. Podemos decir entonces que al no haber MRI, el conjunto de personas que espera el colectivo, no son un grupo.

Veamos otro caso. Un conjunto de chicos, que pertenecen a un sindicato, se conocen desde hace años y en muchas ocasiones han conformado un grupo para ir de campamento, jugar al fútbol y otras actividades. En este momento son convocados para una colonia y tienen un profesor a cargo. Se escuchan observables como los siguientes:

- “¿Qué pasó que éste año no vino Darío?”

- “Va a venir la semana que viene”

- “Ah! bueno, asíestamos todos.”

Estos observables dan cuenta de la MRI, del conocerse. Que es una construcción que han hecho los integrantes en un proceso de conformación como grupo.

Ahora , como vimos un conjunto e personas que se conocen, aún no conforman un grupo.

Si entre ellos, dan cuenta de necesidades, que se proponen satifacer conjuntamente, estarían definiendo el proyecto, en otras palabras una TAREA organizadora.

Podemos caracterizar al objetivo o proyecto a aquello que, definido desde la necesidad, significaría su satisfacción; es aquello de lo que se carece y hacia lo que se tiende. La tarea podría ser entendida como proceso, el conjunto de acciones destinadas al logro del objetivo. La tarea se plantea desde la necesidad y es la transformación de esa ausencia, esa carencia en aquello que la satisface. Implica necesariamente, transformación de la realidad externa e interna.

La realización de la tarea, es decir el conjunto de operaciones destinadas a satisfacer necesidades y alcanzar objetivos comunes exige en primer término, que los integrantes del grupo reconozcan esas necesidades y objetivos como comunes.

La tarea grupal, tiene que ver con las necesidades comunes de los integrantes. La necesidad es la base de todo vínculo y como tal de todo grupo. Las personas se agrupan por la necesidad de satisfacer necesidades. Todo grupo tiene una tarea.

Aquí podemos afirmar que un desafío pedagógico, está en facilitar el espacio para la conscientización de las necesidades reales.

Si a cualquier grupo de chicos, le preguntamos ¿cuál es la tarea de ustedes como grupo? Puede ocurrir que nos miren desorientados y no sepan qué responder.

Si bien todo grupo esta organizado por la MRI y la TAREA, no implica que los integrantes tengan plena conciencia de esto. Un grupo de amigos, no está pensando en que su tarea es contenerse, satisfacer necesidades inconscientes o no comunes a su edad, a su clase social, etc.

En los casos de los grupos con los que nosotros vamos a trabajar, la tarea suele ser el aprendizaje, la aprehensión de la realidad, la conscientización. Es conveniente, (siempre teniendo en cuenta, la edad y las características del grupo), explicitar, hacer consciente, dar a conocer, encuadrar e inclusive construir conjuntamente cual será la triade (Necesidad-Objetivo-Tarea)

En el ámbito no formal, a veces resulta un dilema el encuentro de la necesidad del coordinador con la necesidad de las personas, este dilema debiera superarse dialécticamente, en cualquier caso, se sugiere el abandono de toda práctica autoritaria, para entrar en diálogo, inclusive para aquellos coordinadores que quieran arriesgar más, facilitar la resolución de las necesidades grupales por parte del propio grupo, con la mínima intervención, solo la suficiente para que dicha tarea sea operativa.

Sintetizando lo dicho hasta ahora, podemos decir que para que un conjunto de personas sea un grupo, deben realizar un proceso donde sea creciente la mutua Representación interna y las acciones conjuntas estén en función de una Tarea y un proyecto. Es en éste proceso de formación que la persona al frente de un grupo puede intervenir, desde una observación atenta a estos aspectos. Se puede hacer más grato, más operativo y verdaderamente propio éste proceso, con los beneficios de un aprendizaje comprometido con las verdaderas necesidades del grupo. En éste proceso aprende tanto el grupo como el docente y en último caso, juntos estarán intentando construir su libertad en el tiempo.

2-GRUPO, APRENDIZAJE, SABER Y PODER

Estar al frente de un grupo, es decir, tener un rol diferenciado, implica tener un lugar dentro de un conjunto de personas, que sienten, piensan y hacen.

Podríamos pensar en que lugar nos vemos cuando estamos en el grupo y que lugar le damos al otro.

El lugar del profesional no es el lugar de todo el saber. El profesional tiene un saber, pero las personas que participan también. O sea, el grupo tiene un saber, por lo tanto tiene un poder. En esta concepción de grupo, el grupo tiene también un saber que le da también un poder. El poder que le da su saber es un poder de protagonismo, de participación.

Por lo tanto, se cambia el concepto de participación: participación no es ir, no es una buena asistencia, no es hablar. Participación es asumir un protagonismo que me da el saber que yo tengo y aporto al grupo, y ese es mi poder.

Hay una correlación entre mi saber y mi poder y el saber de la gente y su poder. Desde ahí, coordinar implica siempre construir un saber colectivo; no es un saber mío, particular, no es el saber profesional. El saber popular es un tipo de saber y el saber profesional es otro tipo de saber. Entonces, la concepción de participación que propiciamos para nuestra tarea, es ser partícipe de la construcción de un saber colectivo, que me da un protagonismo diferente.

Por tanto, en un proceso grupal las personas no son entes pasivos. Se implican desde su saber y por lo tanto hay que garantizar en la construcción del espacio grupal ese tipo de participación.

Cuando pongo al otro en el lugar de la dependencia, como coordinador me cargo de omnipotencia. Y cuando el coordinador se carga de omnipotencia, lo único que hace es bloquear la potencia, porque el otro se siente impotente.

Lo importante es devolverle a las personas su potencia y decir: “todos vamos a construir un saber”. Eso se manifiesta ante el grupo: “Yo no me ubico en el lugar del saber. Ustedes también tienen un saber”.

De lo que se trata es de consensuar el saber mío con el saber de la gente.

Lo asignado tradicionalmente al rol profesional es una depositación masiva. ¿Qué quiere decir esto? Del médico se espera la cura. Por lo tanto, la gente va al médico y deposita: “usted tiene que saber lo que yo tengo, usted tiene que curarme, usted sabe lo que a mí me hace falta”. El médico que asume esa omnipotencia no toma en cuenta el saber que tiene cada uno de su propio cuerpo, de su enfermedad. Ese médico asume un lugar del saber que le da todo el poder y lo carga de omnipotencia. Al especialista en recreación, se le deposita, el tener que divertir. Estará en la capacidad y actitud del coordinador, generar el espacio para que esa depositación dependiente que le otorga poder, sea devuelta, de manera que diga ustedes también tienen poder.

No quiere decir que renunciemos al poder que da el saber profesional, sino que tenemos que usar ese poder para devolver protagonismo al otro.

El médico tiene que decir: “yo le puedo dar un instrumento, pero el que se cura es usted; yo le puedo dar mi saber, las medicinas que le hacen falta, pero quien va a jugar un papel activo es usted.”

Estas cosas son casi automáticas, si estás en un lugar de poder, tenés que saber y si estás en un lugar de saber, tenés que poder. Habría que reflexionar sobre estos automatismos o estereotipos.

Desde ahí uno pone a las personas en un lugar de dependencia, anula la participación, no devuelve protagonismo. Desde un lugar que promueva otro tipo de poder uno devuelve la participación, el protagonismo y el saber. Uno es un facilitador de una construcción colectiva de saber.

Esto implica que, desde los trabajos de grupo, el espacio donde nos ubiquemos sea distinto. Hay una ruptura total del espacio grupal visto en hileras: las personas se ven las nucas y la única mirada va hacia el profesional, hacia el coordinador. Los demás son receptores pasivos, con la boca abierta, recibiendo y sin protagonismo. También hay un cambio cualitativo en el proceso de comunicación, donde se pasa de la transmisión al diálogo.

Si nosotros pretendemos trabajar desde este concepto de grupo, tenemos que revisar nuestro rol y someternos continuamente a nuestra propia mirada crítica.

3-ESTRUCTURA - CRISIS - REESTRUCTURA

Vamos a “definir” en principio, y sin afán de justamente definir, terminar, estancar, al “aprendizaje” como un proceso en el que se desestructuran y reestructuran nuestras representaciones de la realidad.

Diremos que estructura es la organización de elementos para cumplir una función.

Un sistema, es un conjunto de estructuras funcionando para una situación, un objetivo, para algo Bien, podríamos entender a un grupo como una estructura, que continuamente y más en situación de aprendizaje se enfrenta a diferentes momentos que lo desestructuran.

¿ Qué pasa cuando un sistema, como en el sistema humano, algo cambia? El sistema entra en crisis, y es normal que la crisis sea desestructuración. Tenemos una organización, cierta continuidad, cierta identidad, pero en el sistema entra una novedad, podríamos decir, un nuevo compañero, un nuevo contenido teórico, una nueva situación contextual, una nueva normativa, una simple idea nueva que alguien traiga, etc. El elemento a aprehender a incorporar puede ser cualquier situación novedosa.

También podría ser que faltara un elemento, alguien que se va, nos cambian de lugar de trabajo,etc.

Hay una novedad. ¿Qué pasa? Los otros elementos ante esta novedad empiezan a moverse, buscan un lugar lógico. Cada uno de Uds. recordará cuál fue su última crisis, laboral o personal, o familiar. Y acuérdense si no tenían cierta idea que todo flotaba, que lo que parecía sólido, no era tan sólido, esa sensación de estar perdido y no saber que hacer!. Pasa cuando uno pierde un trabajo en el cual tuvo cierta continuidad, es lo mismo que con un nuevo elemento, falta ese elemento, y nos desestructura.

El final feliz de estos casos, no siempre se da, es una nueva estructura. Organización del sistema, más amplia, más satisfactoria, que incluye el elemento nuevo o bien, se adapta activamente a la ausencia del elemento que ya no está.

Esta es la reestructuración creativa. A veces se producen estructuraciones que segregan un elemento, se juntan todos asustados de un lado, y a este elemento nuevo lo encierran, es una reestructuración pero no tan inclusiva, tan integradora. Es más segregadora, es pasiva, ya que internamente no nos movemos de la posición anterior.

Aprender es un proceso en el que se dan desestructuraciones y reestructuraciones constantes.

¿Se preguntaron cómo nos posicionamos nosotros, ante los momentos normales de crisis en los aprendizajes?¿Cómo vivimos las crisis en los grupos que coordinamos? Crisis que resulta necesaria, que es la esencia misma del aprender, y que nosotros provocamos.

En un grupo que enfrenta una crisis, una situación nueva (de incorporar algo, o bien de perder algo) el coordinador debiera generar espacios para vincularse, para comunicarse, para aprender, tolerando los tiempos del grupo para adaptarse activamente a la nueva realidad que se le presenta.

¿Quién denuncia la crisis?

A veces lo denuncia el integrante nuevo, que dice: Qué pasa, nadie me quiere? A veces alguien que acusa al elemento nuevo como intruso. Cualquiera puede denunciar la crisis. A veces con esta situación de segregación, alguien que colabora con el grupo, va a decir, qué pasa con éste compañero que queda afuera de la conversación grupal?

El coordinador que no deje al otro pensar, que le pregunta una cosa y le sugiere la respuesta, no permite que saque sus mejores recursos para que aprenda él. No deja lugar a la crisis.

El concepto de adaptación activa que proponemos es un concepto de ida y vuelta, dialéctico, de desestructuración y reestructuración. Dialéctico porque en tanto el alumno aprende, se transforma, se modifica, y modifica al medio. Si realmente aprende historia, y le hace comprender el país en que vive y provoca modificaciones en la opinión pública, entonces su aprendizaje es dialéctico, lo que vino de la institución escuela hacia él, vuelve de él a la institución estado, y hay un juego dialéctico de ida y vuelta, desestructuración y reestructuración.

La desestructuración, no es solo un fenómeno de los grupos con los que trabajamos, el coordinador deberá tener apertura, a que en él, se produzcan cambios, y aprendizajes.

4-APRENDER EN GRUPO

Un grupo de gente tratando de comprenderse, entender lo que dice el otro, modificar el propio punto de vista, ver lo que ve el otro y me puede ser útil, ese grupo, parte del país, y de la humanidad, esta ganando una batalla. Reconocer las diferencias es un primer paso para poder llegar a otras posiciones, dialécticas. En las que yo reconozca tu punto de vista, vos reconozcas mi punto de vista, y por ahí construyamos un punto de vista, terreno común, que podamos decir, en esto estamos de acuerdo y desde aquí podemos trabajar, esto común nos sirve como punto de partida, de nuevas estructuraciones.

A veces tomamos en los grupos posiciones extremas. Un extremo, no acepto nada, inadaptación, no creo nada, no corroboro nada de lo que dicen los otros. Otra es la adaptación pasiva, otra exageración, acepto todo como cosa venida del cielo. Porque ante las contradicciones, una actitud posible es la dilemática, el dilema. O blanco o negro. Si lo mío es verdad, lo tuyo es mentira. La síntesis dialéctica superadora, es la adaptación activa, que toma de una la adaptación y de otra el rechazo de que todo es malo. Tomo lo mejor de estas posiciones y como síntesis dialéctica trato de adaptarme activamente a la realidad.

A esto le llaman en dialéctica, tesis, antítesis y síntesis. Una nueva posición creada a partir de posiciones contrapuestas. Para el trabajo participativo con grupos resulta necesario, trabajar y pensar dialécticamente, buscar consensos, trabajar la tolerancia para aceptar las diferencias de los otros y ver que cosas tenemos en común, como definimos la tarea, y luego, como la llevamos a cabo.

Desestructurar todo lo que haya que desestructurar, con confianza que vamos a poder reestructurarlo creativamente, satisfactoriamente.

La actitud dialéctica es necesaria para aprender en grupo, necesitamos pasar del dilema al problema. Y preguntarnos entre todos, aunque estemos acalorados en la discusión, a ver, calmémonos un poquito, cómo construimos entre todos una posición nueva, que incluya lo mejor de cada una de las posiciones diferentes.

Que las diferencias no resulten el fin del debate, mas bien que sean el punto de partida.

Para asumir este desafío, hace falta, no solo una actitud dispuesta a compartir el poder, no solo un convencimiento del aporte que cada persona o niño pueda hacer al propio saber del profesional, no solo el respeto, hace falta ir desarrollando aptitudes, de tolerancia, de escucha, de intervención y de observación de los procesos grupales.

La comunicación en un grupo es un medio de evaluación de gran importancia.

El coordinador de un grupo debiera estar muy atento, identificar los canales de comunicación, observar cómo circula, si hay excluidos en el canal, si hay quienes lo sabotean, con ruidos, etc., si hay diálogos paralelos y nadie se escucha, si es horizontal (entre todos) o sólo vertical (del coordinador aal resto), si se grita para lograr tener espacio de habla, si se respeta lo que dice el otro, quien habla con quien, quienes escuchan, que se escucha (malos entendidos, distorsiones, ruidos, etc.) resulta primordial para poder determinar cuales serían los problemas en el aprendizaje, en la interacción de roles, en el encuadre, en la tarea, etc.

Todos estos elementos debieran ser explicitados, debatidos y esclarecidos para que el funcionamiento grupal genere aprendizajes en función de la tarea.

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Clase dictada en la Esc. de Psicología Social para 1º año –

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San Isidro – 15-4-1996.

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  • Simonetti Alejandro “Aprendizaje I”

Clase dictada en la EPSSI,

para 1º año, San Isidro, 1995.

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